¿Qué es el bullying?
El bullying es un problema grave que puede afectar profundamente la vida de un niño. A menudo, los niños que son víctimas de acoso escolar pueden no hablar abiertamente sobre lo que están experimentando, lo que dificulta que los padres identifiquen el problema. Sin embargo, existen señales que los padres pueden observar para detectar si su hijo está sufriendo bullying.
¿Cómo detectar que tu hijo sufre bullying?
1. Cambios en el Comportamiento
2. Somatizaciones
3. Problemas Académicos
4. Cambios en las Relaciones Sociales
5. Signos Físicos de Abuso
¿Qué Puedes Hacer como Padre?
Si sospechas que tu hijo está siendo acosado, es importante abordar la situación de manera delicada pero firme. Mantén abiertas las líneas de comunicación con tu hijo, haciéndole saber que siempre puedes escucharlo sin juzgarlo. Valida sus sentimientos y asegúrate que no está solo. Es importante que tu hij@ se sienta apoyado y aprovechéis esta situación para hacer aprendizajes valiosos que servirán para proporcionarle situaciones de éxito, para prevenir y saber actuar en el futuro. Para ello es importante que los padres hagan su parte (poner en marcha los recursos necesarios) y el hijo o la hija, la otra parte: utilizar herramientas y habilidades para hacer frente al acoso.
Habla con los maestros y el personal escolar para obtener más información sobre lo que está sucediendo en la escuela y cómo pueden trabajar juntos para abordar el problema. Actualmente cada colegio tiene un protocolo de actuación en relación al acoso escolar que se deberá abrir si se considera pertinente.
Fomenta la confianza y la autoestima de tu hijo alentándolo a participar en actividades que disfrute y en las que se sienta competente. Enséñale estrategias de afrontamiento saludables para lidiar con el acoso, que sepa evaluar qué tipo de acosador es, cual es la mejor estrategia de afrontamiento (a veces ignorar puede funcionar pero a veces no), buscar ayuda de adultos de confianza o practicar técnicas de relajación para manejar el estrés y asertividad para poner límites.
Para llevar a cabo todas estas actuaciones en primer lugar es fundamental que hayas establecido una conexión y confianza con tu hijo para que se sienta libre de expresar su situación libre de culpa y en un entorno de seguridad psicológica. Es importante hacerle ver que el o ella no tiene la culpa de lo que está sucediendo pero si tiene mucha parte de la responsabilidad en la solución y que de ello se realizarán aprendizajes que duraran toda la vida. Es importante que aprovechéis esta situación para fortalecer vuestra relación. Y sobretodo, buscar ayuda psicológica para gestionar el tránsito.