El blog de Júlia

“Es tentador tratar todo como si fuera un clavo cuando la única herramienta que tienes es un martillo”  Abraham Maslow

¿Por qué el comportamiento de mi hijo es diferente en casa que en el cole?

Este artículo explora las razones por las cuales el comportamiento de un niño puede ser distinto en casa y en la escuela. Se analizan factores como el ambiente, las expectativas y las interacciones sociales para comprender esta diferencia.

No es inusual que los niños se comporten de manera diferenciada en diferentes entornos. Por ejemplo, uno esperaría que un niño se comporte de una manera en la fiesta de cumpleaños de un amigo y de otra manera en la casa de sus abuelos. Pero el comportamiento de algunos niños, especialmente aquellos con problemas como ansiedad, dificultades de aprendizaje, TDAH y autismo, puede variar mucho más, especialmente cuando están en casa versus la escuela. Esta discrepancia puede dejar a los padres desconcertados, si no molestos, y preocupados de que estén haciendo algo mal.

Existen niños que en la escuela tratan de complacer a sus maestros e interactuar con sus compañeros, e intentan mantenerse bajo control para no diferenciarse del resto, pero cuando llegan a casa liberan toda la tensión acumulada durante el día a través de rabietas que luego provocan en ellos una terrible vergüenza y culpa.

Esto también puede suceder al revés, niños que en casa se sientan cómodos para mostrarse tal como son pero en el cole muestran una cara radicalmente diferente para los padres. Niños que en casa son afables, divertidos, habladores en la escuela pueden mostrar unas capacidades opuestas a las mostradas en ambientes familiares.
Entonces, ¿por qué los niños pueden comportarse tan diferente en entornos diferentes?

¿Por qué algunos niños lo hacen mejor en la escuela?

Algunos niños pueden hacer un buen trabajo cumpliendo con las expectativas en la escuela, pero les resulta tan difícil que esto afectará su comportamiento en casa. Los niños con TDAH, ansiedad, autismo y dificultades de aprendizaje pueden estar usando muchos de sus recursos para seguir instrucciones o enfrentarse en el aula. Una vez que todos estos niños llegan a casa, les resulta no tienen batería suficiente para reunir la misma cantidad de recursos para manejar.

Mientras tanto, muchos niños, incluidos los neurodivergentes, se benefician de la consistencia, estructura, previsibilidad y rutina que vienen con su entorno escolar. Esto a menudo no se puede replicar en casa dadas las dificultades de conciliación familiar que los padres tienen hoy en día. Esta consistencia en la escuela hace que el ambiente sea mucho más previsible, factor que ayuda al niño a prever qué sucederá y preparar los recursos que tiene para ello.

En la escuela, las recompensas y consecuencias probablemente ocurran de manera consistente, lo que puede ser más difícil para los padres establecer en casa. Además, el modelado social en la escuela puede ayudar a los niños a seguir el camino, literal y figurativamente. Finalmente, los maestros no tienen tiempo para perder: si un niño no sigue una dirección en la primera o segunda indicación, es probable que el maestro tenga una consecuencia inmediata, mientras que los padres pueden permitir que su hijo evite o retrase el siguiente paso porque pasan mucho tiempo hablando al respecto. Por eso es tan importante ir “a la una” con los responsables del colegio.

Suprimiendo síntomas en la escuela

Todo esto, sumado al hecho de que muchos de los niños intentan suprimir sus conductas para no destacar y ser objeto de burlas y mantener una percepción social de normalidad con la vergüenza y culpa que ello conlleva.

Otra razón clave por la que los niños lo hacen mejor en la escuela: se sienten seguros de ser «sus peores yo» en casa, seguros de que sus padres seguirán amándolos y apoyándolos.

Esto, también, puede dejar a los padres confundidos. «Es común que los padres digan: ‘Voy a la escuela y los maestros dicen que mi hijo es tan encantador en clase y no lo veo retorciéndose ni enrabietado. Y luego el niño llega a casa de la escuela y realmente está desbordado».

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¿Por qué algunos niños lo hacen mejor en casa?

Para la mayoría de los niños, las demandas académicas y sociales en la escuela están por encima y más allá de lo que típicamente enfrentan en casa, señala la Dra. Lee. Eso puede desencadenar comportamientos problemáticos en algunos que sus familias nunca ven en casa.

¿Cómo podemos evitar estas diferencias?

Al ser ambientes distintos será difícil asegurar comportamientos iguales en ambos sitios pero sí podemos intentar que las diferencias no sean tan palpables. En primer lugar, seguir rutinas y normas fijas, con la participación del peque y adaptadas a sus necesidades. Mantener una comunicación fluida con los responsables de la escuela será una parte fundamental así como seguir las mismas líneas de actuación en ambas situaciones. Si conviene, la intervención de un profesional será de gran ayuda para acompañar en este proceso.

Conclusión

En conclusión, el niño mostrará facetas diferentes de su personalidad conforme detecte de qué forma puede “sobrevivir” en ese ambiente. Así que, asegurarnos que ambos lugares siguen un ritmo similar ayudará al infante a percibir que se puede expresar de una forma lineal en ambos sitios. No obstante, que haya esas diferencias no siempre es algo incorrecto, mientras no se escapen de los límites de la normalidad.

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